Este jueves se estrena en las salas de Life y Cinemateca Milonga, una película dirigida por la uruguaya Laura González con elenco y producción internacional Rosa aún vive bajo las reglas de su marido, a pesar de que éste falleció seis meses atrás. La deteriorada relación con su hijo la ha distanciado de su única familia.
Cuando conoce a Juan, un divorciado con quien comparte la pasión por el tango, empieza a redescubrirse a sí misma y algo empieza a cambiar. Pero antes de que pueda dar un paso adelante, se ve enfrentada a ciertas verdades incómodas.
Este es el argumento central de Milonga, la Opera Prima de la directora uruguaya Laura González, que este jueves 8 de junio se estrena en las salas de Life 21 y Alfabeta, y Cinemateca.
También se estará proyectando en el cine Doré de Minas, el sábado 10 de junio y domingo 11 de junio.
La obra es una producción de La Uruguaya Films junto a U Films y la productora argentina Pensilvania Films.
En el papel de Rosa cuenta con la actuación de la actriz chilena Paulina García (premiada en el festival de Berlín su papel en la película Gloria), junto a César Troncoso como un divorciado que llega de otra ciudad.
El resto del elenco está conformado por los actores uruguayos Laila Reyes, Rafael Beltrán, Eduardo Da Luz, Paola Venditto y Clara Alonso, junto a la participación especial del actor argentino Jean Pierre Noher. La película cuenta además entre sus puntos fuertes con la dirección fotográfica de Sergio Armstrong, a cargo de la fotografía de la película chilena No,
nominada al Oscar
Según cuenta Laura González, todo empezó a partir de la idea de que una víctima puede convertirse al final en el perpetrador. Un día en el correo, vio una pila de paquetes en la que se
distingue una caja mediana, envuelta en papel de embalaje azul y preparada con prolijidad y cariño.
“Me llamó la atención que tenía una fotocopia de la cédula de identidad de una mujer, su rostro surcado por el tiempo, lleno de humanidad. Debajo, de la cédula, había una lista manuscrita con el contenido de la caja. Un pan casero, decía, entre otros. Iba dirigida a un chico, en la cárcel. Pensé que la mujer podría ser la madre del chico.
La caja contaba una historia. Le saco una foto y ahí empieza Milonga.”
Si bien al principio pensó en contar la historia de una familia en la que una mujer y su hijo son afectados por un marido (y padre) violento, como no quería mostrar más violencia de la que se ve a diario finalmente optó mostrar las secuelas psicológicas de esta relación, que a largo plazo son más dañinas que las físicas, contando la historia desde la perspectiva de la mujer después de que el marido fallece.
Un proyecto de más de una década Laura González inició su camino en el cine 20 años atrás, cuando rodó su primer cortometraje en Uruguay: “Un Candombe para doña Soledad”, premiado en Uruguay, Barcelona y exhibido en el Festival de Punta del Este, Piriápolis de Película, y Festival de Graz, Austria, entre otros.
Fue alumna del Berlinale Talent, el programa de desarrollo de talentos del Festival Internacional de Cine de Berlín y el Filmworks Programme de Inglaterra.
Luego de fundar La Uruguaya Films produjo los cortos: La Pelota de Fútbol y Cada vez que me acuerdo, me olvido, que fueron seleccionados en más de 100 festivales internacionales,
incluyendo La Habana, Lakino Berlín (Alemania), Rencontres du Cinéma Sudaméricain – Marseille (Francia) y Chicago Latino (USA).
Hace diez años empezó a desarrollar el guion de Milonga, con el que ganó los premios de Guion y Producción del Fondo de Fomento INCAU y el fondo de producción FONA (Uruguay),
entre otros fondos nacionales. El proyecto cuenta además con el apoyo del Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual Argentino, y el fondo de Co-Producción de IBERMEDIA.
Además de ser la directora y guionista, González es productora de la película y también estuvo a cargo del montaje, junto a Claudia Abend.
“El resultado es todo este trabajo es Milonga, la historia de una mujer que debe aceptar el pasado para poder empezar a vivir el presente. Una historia sobre el poder destructivo del
miedo y el coraje necesario para liberarse del pasado.
Una historia de redención, de valor y de la necesidad imperante de no perder la esperanza”, concluye la directora.aa
