La versión de El ‘Porro Magangueleño’ que presenta Francis Carolina, es un tributoa la memoria cultural del continente; un homenaje a la memoria
La tradición y la música han estado presentes en Francis Carolina desde siempre, son dos pasiones que lleva consigo y que ha combinado en un trabajo musical que, inicialmente, la llevó a interpretar folclor llanero y que en 2020 la llevaría a otros ritmos identitarios del continente. Su trabajo es permeado por la herencia, pero también por las expresiones contemporáneas.
«He trabajado mucho en quien soy, en conocer mi herencia ancestral y en construirmi legado. En este proceso he encontrado lazos culturales muy fuertes explorando este género», explica Francis Carolina.
El pasado 27 de octubre, la cantautora e intérprete venezolana residente en Colombia desde 2017, presentó su más reciente lanzamiento: ‘El Porro Magangueleño’, canción tradicional que escribiera Celso Piña y que fuera popularizada por otros artistas, entre los cuales se encuentra Totó La Momposina. En esta versión, Francis Carolina, recoge su herencia y la fusiona con precisión con elementos que atraviesan los sonidos urbanos contemporáneos. Lo hace con creatividad y con respeto por las raíces que forman parte de la identidad cultural de América Latina.
Musicalmente,la adaptación que presenta Francis Carolina, puede interpretarse como una explosión sonora que le da una perspectiva vanguardista desde las posibilidades que ofrece el folk alternativo. Así se manifiesta en las percusiones, los vientos, los coros y en la voz mesosoprano de la artista, los cuales se integran de manera natural con sintetizadores y sonidos electrónicos.
Fiela su esencia, la artista, acompaña a ‘El Porro Magangueleño’, con un videoclip que recrea la sensación de hastío que provoca la rutina y cómo, gracias a la música, se transforma en un estado de bienestar.
Protagonizado por Francis Carolina, el video oficial de la canción, hace uso de elementos simbólicos que recrean una atmósfera sensitiva donde todo cambia de color gracias a la magia que transmite la tambora, la flauta y el ritmo del porro. La pieza audiovisual persigue un propósito: inspirar a quien la escuche a enfrentar el miedo.